Solo llora quien se ahoga en recuerdos leí en un
libro, llorar es un defecto, una debilidad. ¿Entonces por qué lloro? ¿En
qué recuerdos me estoy ahogando?
Siento que lloro por recuerdos que no recuerdo, como si hubiera un mundo que alguna vez fue mi mundo.
A veces escucho una palabra, o veo una cara y tengo una sensación rara,
como si esa cara o esa palabra me llevaran a otro lugar, a otro tiempo.
Es como si en mi alma hubiera un gran muro que encierra otro mundo, otra Cristina, otra historia por descubrir, y eso me da miedo. Me da miedo
abrir esa compuerta, me da miedo lo que pueda encontrar del otro lado
del muro.
Los recuerdos no se pueden matar, ni tampoco esconder, solo se pueden
olvidar. ¿Pero cómo olvidarme de algo que ni siquiera recuerdo?
Eso siento, como si me hubiera olvidado de quien soy realmente, como si
viviera en una mentira, como si no fuera quien creo que soy.
Uno anda feliz por la vida creyendo saber quién es, y de pronto una
llave, una simple llave te abre la puerta a un mundo desconocido.
Solo sabiendo quien fuiste puedes saber quién eres. ¿Es posible que uno
haya sido alguien distinto sin recordarlo? ¿Es posible ser alguien
distinto al que crees que sos?
Los recuerdos son como la historia, la escriben los que ganan ¿Qué
recuerdos ganaron en mi historia? ¿Quién escribió mi historia?
Es muy importante saber quién sos. Y yo sé muy bien quien soy, soy Cristina Hernández Pérez, una chica feliz.
martes, 5 de marzo de 2013
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